¿Qué
te parece la idea?
Para
contarles en cualquier momento del día, durante la merienda, durante un viaje,
antes de dormir…
¿Qué..?
¿No te parece fácil?, pero lo es.
Los
niños aman los cuentos y más si son contados por sus propios padres.
Los
cuentos están en nuestro interior, ya hemos vivido esas experiencias cuando
nosotros mismos éramos niños, basta con recordarlas y dar vuelo a la
imaginación…
¿Cómo
empezamos?
Una
alternativa es redactando nosotros mismos y luego contándoles las historias,
aprovechando para transmitirles algún valor, conocimiento.
Otra
posibilidad es armar el cuento con nuestros hijos, lo que se transforma en una
doble actividad con ellos: la escritura y la lectura. Elaboramos juntos los personajes,
quienes son, cómo son, qué les pasa, con esto incentivamos su imaginación a
todo galope.
Lo
ideal sería combinar ambos modelos, redactar algo en el cuento que le queramos
transmitir y algo que ellos nos quieran trasmitir ellos a través de los
personajes que inventaron.
Dejándonos
llevar por la fantasía y la creatividad,
es un inicio, recordemos qué nos gustaba de chicos, qué nos fascinaba una y
otra vez, de ahí podemos sacar mucho material: cuentos tradicionales, cuentos
de hadas y fábulas nos ofrecen una base para comenzar rápidamente.
Pensemos
en darle un giro a esos relatos, en inventar máquinas, países, personas, edificios,
crear nuevas palabras con significados disparatados, darle vida a los objetos, imaginar
animales extraños, etcétera.
También,
las ideas nos pueden surgir en cualquier momento del día por situaciones
graciosas que atravesamos, conflictos que tuvo nuestro hijo en la escuela,
travesuras de nuestras mascotas, problemas con las actividades diarias, algo
que le guste a nuestro hijo, o
personajes de historietas, dibujos animados que vivan nuestra personal forma de
redactarlos, etcétera.
Los
cuentos para niños son sencillos, tienen pocos personajes y cada uno con una
característica particular.
Es
productivo concentrarnos especialmente en un personaje principal, para que
nuestro hijo/hija se identifique y dedicarnos de lleno a él, darle personalidad,
contar sus aventuras, desventuras, a quién se va a enfrentar y cómo lo va a
resolver para darle una lección.
Las
historias siempre nos deben conducir
hacia un final feliz, los niños no se sienten cómodos con las situaciones
ambiguas o que terminan tristemente y además, pueden llegar a ser contraproducentes para
nuestros objetivos. No cumpliría su fin si se pusieran a llorar y
en realidad queremos enseñarle algo valioso de buena forma y que lo recuerden.
Si
tenemos en cuenta una estructura básica para todas las historia que escribamos será
de gran ayuda:
- Un principio donde relatamos el ambiente donde se desarrolla: el bosque, la ciudad, un país imaginario, la luna, marte, descripción de los personajes.
- Un intermedio donde ocurren aventuras y desventuras del personaje principal, un conflicto o contrariedad con el enfrentamiento a los malos: brujas, animales, miedos, máquinas extrañas.
- Un final feliz con la resolución del problema que se le plantea y que deja una lección, un valor, una moraleja, un aprendizaje. Finalmente el personaje principal se enfrenta al “malo” y le da una lección, todos contentos.
La
extensión de los cuentos depende de la edad, si es para niños pequeños que sean cortos, y para más grandes más largos y que
puedan leerse en dos o tres noches por ejemplo.
No
nos podemos olvidar algo importante como es adecuar nuestra escritura a la edad:
- De 3 a 5 años con poca complejidad de palabras: perderse y encontrar el camino, aprender a leer, a contar, a deletrear, reconocer sentimientos.
- De 6 a 8 años con oraciones y frases más complejas, pero siempre explicándolas para evitar el corte de la lectura pensando que quieren decir; pueden ser aventuras, nuevas habilidades, desafíos, competencias deportivas, juegos o torneos.
Cómo
recursos invaluable para tener éxito:
- Diálogos imitando la voz de los personaje
- Fotos tomadas por nosotros o de los bancos gratuitos de internet.
- Ilustraciones realizadas por nosotros o los niños con lápices de colores, pinturas y luego se pueden escanear para incorporar a la computadora. También de los bancos gratuitos de la web.
- Dibujos hechos por ellos o nosotros, que harán las delicias y serán más divertidos y atractivos.
Créditos: Ilustraciones Devianart
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